Flow my tears de John Dowland
Que bonito niño chiquito
Wilt thou unkind de John Dowland
Venes mes serfs de Jacob C. non Papa
Sorrow Stay de John Dowland
Flow my tears de John Dowland
Mis actuales actividades musicales:
Algunos de mis videos caseros tocando mis instrumentos:
Marco Dall'Aquila - Ricercare
Marco Dall'Aquila - Ricercare (otra versión)
Mr. Dowland's Midnight de John Dowland
Soneto -Enrique de Valderrábano
Me siento inmensamente afortunado de trabajar combinando estas dos facetas que amo profundamente; la de intérprete y violero. Construir un instrumento a partir de unos tablones cortados en bruto es de por sí una experiencia muy satisfactoria que se intensifica y toma sentido máximo cuando encuerdo un nuevo instrumento y toco la música de los grandes maestros del laúd y la vihuela que han sido parte fundamental de mi vida en los últimos 30 años.
De niño en La Palma, una pequeña isla en las Canarias, comencé mi viaje musical tocando el clarinete en la banda de viento de la ciudad. Poco después me di cuenta de que la polifonía era un aspecto de la música que me atrajo de una manera muy profunda, así que decidí aprender a tocar la guitarra clásica que, después de mucho estudio y dedicación, me permitió hacer realidad mi sueño de tocar la música de Bach.
Al terminar la escuela secundaria, me trasladé a la isla de Tenerife, donde continué mis estudios de guitarra en el conservatorio. En ese tiempo, descubrí la música de Francesco Da Milano, e inmediatamente sentí una gran atracción por ella. Dowland, Holborne, Cutting y los maestros españoles de vihuela llegaron poco después. En ese momento, en lugar de tocar el repertorio original para guitarra, pasé la mayor parte de mi tiempo de estudio transcribiendo y estudiando música de laúd y vihuela. Siendo progresivamente consciente de las limitaciones de este instrumento para el repertorio antiguo, decidí audicionar para el "Conservatorium van Amsterdam" donde fui admitido y continué mis estudios de guitarra mientras tomaba, al mismo tiempo, clases de laúd y vihuela. Después de graduarme, hice de nuevo una audición para el departamento de laúd como alumno de posgrado a tiempo completo bajo la dirección del maestro Fred Jacobs. Los próximos cinco años me dediqué intensamente al estudio del laúd, la vihuela, el archilaúd y la tiorba.
Después de graduarme, comencé una prolífica actividad de música de cámara que, en un principio, resultó muy interesante y emocionante. En aquel momento, no había muchos laudistas que pudieran tocar bajo continuo por lo cual el trabajo era abundante. Trabajé con numerosos grupos internacionales mientras continuaba ampliando mi conocimiento del repertorio solista y el de canto y laúd. Durante mis estudios, me interesé especialmente en este repertorio, comenzando una fructífera colaboración con Valeria Mignaco, una fantástica soprano con la que todavía trabajo hoy en día. Nuestra pasión e ideas comunes sobre esta música nos han llevado a una intensa actividad concertística internacional, habiendo actuando con frecuencia en muchos de los principales festivales y ciclos de música antigua y de cámara.
Mientras tanto, el atractivo inicial del singular tipo de vida de un continuista, con frecuentes y largas giras, comenzó a perder parte de su atractivo. La razón no fue el trabajo en sí (que de hecho puede ser muy satisfactorio e interesante) sino mi tipo de personalidad. Pasar la vida viajando de ciudad en ciudad, frecuentemente llegando a la actuación con poco tiempo de ensayo, fue progresivamente convirtiéndose más en una frustración que una alegría. Este hecho se hacía más evidente en comparación con el minucioso trabajo que Valeria y yo llevábamos a cabo en ese momento, estudiando y ensayando intensa y meticulosamente para llegar a la esencia de cada una de las canciones de nuestros programas.
Otro aspecto que empezó a desarrollarse en ese tiempo fue mi iniciación en la violería histórica. La posibilidad de ser capaz de construir mis propios instrumentos y tocarlos se volvió cada vez más atractiva. Mientras continuaba trabajando como músico, empecé a construir laudes en mi tiempo libre. Hice mi primer laúd de 6 órdenes con unas pocas herramientas en mi pequeño apartamento de Ámsterdam. Este instrumento sonaba aceptablemente bien, aunque estaba todavía muy lejos del sonido ideal que buscaba, así que, en lugar de probar de nuevo con el siguiente, decidí experimentar hasta que, finalmente, quedé bastante satisfecho con él. Me di cuenta de que, si quería tener algún control sobre el sonido, no valía con copiar literalmente un instrumento histórico. Debía plantearme y entender la función de cada uno de los elementos y características de la tapa armónica (grosores en distintas partes de esta y sobre todo la colocación y morfología de las barras armónicas). Decidí entonces emprender un arduo estudio con el objetivo de descubrir cómo funciona un laúd y cuáles son los elementos que influyen más en su sonido. Basar estos experimentos en un solo instrumento me permitió tener un punto de partida estable (no cambiante) con el cual comparar y evaluar los resultados. Para ello, despegaba la tapa y efectuaba un pequeño cambio, cerraba de nuevo y escuchaba el resultado. Esto supuso meses de trabajo sistemático, ya que retirar y volver a pegar una tapa armónica requiere muchas horas trabajo.
Estos experimentos me hicieron comprender mucho mejor los factores más influyentes en la calidad de sonido de este tipo de instrumentos y cómo incluso los cambios más sutiles tienen una tremenda influencia en el sonido de estos. Este estudio, combinado con la siempre importantísima intuición, me permitió aprender a moldear el sonido que tenía en mi mente y hacerlo realidad en mis instrumentos.
Ese sonido ideal en mi mente, y el hecho de poder tocar el laúd para evaluar resultados, no solo me guiaron en la dirección correcta, sino que me permitieron desarrollar mi intuición y habilidades como laudero. Ese instrumento todavía se conserva en excelentes condiciones hoy en día y, aunque su artesanía está lejos de mis estándares actuales, posee un sonido que todavía es de mi agrado. Se puede escuchar tocado por Rob MacKillop en este video:
Poco después empecé a construir otros instrumentos para mi propio uso y, a medida que aumentaba la calidad de mi trabajo, mi nueva actividad empezó a conocerse entre colegas y amigos que solicitaron que hiciera instrumentos para ellos. Así comenzaron los primeros encargos que permitieron la posibilidad de combinar mis actividades musicales con la fabricación de instrumentos. También me permitió reconsiderar mi papel como músico y determinar mis prioridades. Como resultado, dejé de tocar bajo continuo y decidí centrarme exclusivamente en el repertorio solista del Renacimiento así como el de canto y laúd, combinándolo con la construcción de instrumentos. Esta fue una decisión que, después de tantos años sigue proporcionándome intensas satisfacciones, además de un modo de vida modesto pero a su vez gratificante.
Tras muchos años establecido en Ámsterdam y más tarde Leipzig en Alemania, actualmente, mi taller está ubicado en la hermosa ciudad española de Sevilla. El enorme patrimonio histórico y artístico de esta antigua ciudad es una inspiración constante para mi trabajo.
Si desea saber más sobre mi enfoque y filosofía sobre la construcción de los instrumentos antiguos, haga clic a continuación:
Acerca de mí
Algunos vídeos con Valeria Mignaco: